¿Deberíamos comer carne? Argumentos a favor y en contra en un debate en el que todos creen tener razón

¿Deberíamos comer carne? Argumentos a favor y en contra en un debate en el que todos creen tener razón

Noviembre 14, 2022 | Categoría: Tips nutricionales


El investigador checo-canadiense Václav Smil publicó “¿Deberíamos comer carne?” para aportar información científica que otorgue una respuesta a una pregunta que lleva décadas
“A los carnívoros no les gusto porque pido moderación, y a los vegetarianos no les gusto porque digo que no hay nada de malo en comer carne. Es parte de nuestra herencia evolutiva. La carne nos ha ayudado a hacernos lo que somos”, escribe el checo-canadiente Václav Smil, especialista en cambios ambientales, campos de energía y producción de alimentos.
Lo escribe en su libro ¿Deberíamos comer carne?, editado este año por Fondo de Cultura Económica. Se trata de un libro que afirma que, en la mayoría de las culturas occidentales, el consumo de carne se viene asociando a un estatus social de prestigio.
Esto cambió radicalmente durante el siglo XX, cuando se dejaron de emplear animales como fuerza de trabajo para la agricultura, lo que dio pie al crecimiento de la industria cárnica, a tal punto que hoy se pueden encontrar en cualquier supermercado numerosos cortes de una gran variedad de especies animales.
El libro menciona al menos media docena de especies de aves y mamíferos, tales como gallina, pavo, ganso, res, cerdo y caballo, a los que tenemos que sumar los animales de caza, como el faisán, el venado y la liebre. De estas especies se extrae la carne y las vísceras, y con ellas se producen diversos cortes de carne, así como embutidos y jamones.
El autor desvenda la cara oculta del carnivorismo, que podemos agrupar en tres efectos negativos: los impactos en la salud, el maltrato animal y la contaminación ambiental. Al mismo tiempo, Smil reconoce que la población mundial está más consciente, en la actualidad, de estos efectos nocivos. El vegetarianismo y el veganismo crecen, pero también el semi-vegetarianismo, que implica ya no el abandono total de la carne sino una reducción sustancial de la misma en la dieta.

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